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miércoles, 25 de agosto de 2010

Estamentos del feudalismo

Definiciones de feudalismo

Definiciones de feudalismo
1. Wikipedia.org
Se denomina feudalismo a la organización social, política y económica basada en el feudo que predominó en la Europa occidental entre los siglos IX y XV. Se trataba de propiedades de terrenos cultivados principalmente por siervos, parte de cuya producción debía ser entregada en concepto de "censo" (arriendo) al amo de las tierras, en la mayoría de los casos un pequeño noble (señor) nominalmente leal a un rey.
2. Alfredo Ramos: El feudalismo fue una sociedad fundada en una cadena de dependencias; una economía en la que la tierra no es el único, pero si el más frecuente medio de recompensar los servicios prestados. El señor recibe del rey, su soberano, o de su señor de categoría más alta que la suya, su feudo, un señorío, a cambio de una serie de servicios, entre los que se encuentran prestaciones de cuatro tipos distintos:
  1. Tenía que contribuir para el rescate del señor
  2. Pagar cuando un hijo del señor es armado caballero
  3. Pagar cuando se casa la hija mayor del señor
  4. Contribuir cuando el señor participa en la cruzada.
A su vez, el señor cedía pedazos o partes de un señorío a otros señores más modestos o a campesinos. Daba a estos  últimos una tierra de labor que cada campesino puede cultivar a cambio de pagar al señor una renta en dinero, una parte en cosechas (diezmo, en trigo y centeno) y prestaciones personales. En contrapartida, dada la característica guerrera de esta sociedad, el señor debía protegerlos y defenderlos.
Dada la gran cantidad de tierras cedidas de un señor a otro, Europa se constituyó en un mundo dividido en compartimentos, en donde lo único que importaba era la pequeña región, el señorío. Las regiones tenían la posibilidad de desarrollarse por cuenta propia, donde el sentido de la defensa territorial marcaba la vida política; el castillo, estaba situado en una altura y estaba rodeado de uno o varios pueblos a los que protege, no era un sistema gratuito o un lujo, sino un instrumento de defensa. Cada región se constituyó en una unidad robusta y consciente, dispuesta a defender su territorio y su independencia.
A pesar de lo anterior los valores morales, religiosos y culturales, las reglas de la guerra, del amor, de la vida y de la muerte eran los mismos de un feudo a otro, a pesar de los conflictos y querellas.
Como vemos, el feudalismo era una sociedad de sujeciones y dependencias, lenta y casi inmutable, donde predominaba la tradición y el orden.

3. Definición de Maurice Dobb en “Estudios del desarrollo del capitalismo”: Un modo de producción con unas peculiares formas de relación socioeconómica, situado entre el esclavismo de la Antigüedad y el capitalismo moderno. Concretamente, se lo entiende como un conjunto de relaciones de producción y dependencia entre el campesino y el señor, propietario de la tierra que aquél usufructúa, en un momento de predominio de la agricultura como fuente de riqueza.
[Un sistema bajo el cual el status económico y la autoridad estaban asociados con la tenencia de la tierra y en el que el productor directo (que a su vez era poseedor de algún terreno) tenía la obligación, basada en la ley o el derecho consuetudinario, de dedicar cierta parte de su trabajo o de su producción en beneficio de su superior feudal.[]

Economía feudal
Tomado de Wikipedia
La explotación agraria feudal era de subsistencia. Los siervos cultivaban lo suficiente para mantenerse a sí mismos y para pagar los diezmos a la Iglesia y la renta al señor. De la recolecta se separaban también las semillas necesarias para la siguiente siembra. Los mercados urbanos se abastecían con las porciones de los diezmos y la renta.
Los cultivos se organizaban en torno a las poblaciones en tres anillos. El primero y más cercano a la población se dedicaba a las frutas y hortalizas. El segundo era para los cereales, principal sustento de la época. El tercer núcleo eran tierras de pasto y monte explotadas de forma comunal. Los pastos comunales limitaban por tanto la expansión de las tierras de cereales e impedían ampliar la extensión cultivada según la demanda de la población.
La rotación de cultivos era el principal sistema utilizado para evitar el deterioro de la tierra. Este método consiste en dejar en barbecho (es decir, sin cultivar) una parte de la tierra cada año para permitir su regeneración
Características del feudalismo:
Tomado de Monografías.com
1. Durante el periodo feudal la economía era autárquica, es decir, se producía sólo lo necesario para el consumo del feudo.
2.- La base de la riqueza la constituía la propiedad de la tierra ya que era más rico quien tuviera mayor extensión de tierras y la base de la producción era la agricultura.
3.- Como no se producía excedente no existía el comercio. Los emisarios del señor feudal recogían los impuestos en especie y le dejaban a los campesinos escasamente los productos necesarios para sobrevivir.
4.- Como consecuencia de la inexistencia del comercio no existía circulación monetaria entre feudo y feudo. 

Los vasallos

Sociedad estamental

El feudo

El feudalismo

El feudalismo
El feudalismo o régimen feudal es el tipo de sociedad que predominó en Europa occidental en el siglo X, se expandió durante el siglo XI y alcanzó su apogeo a finales del siglo XII y durante todo el siglo XIII. En estos siglos el feudalismo se dio predominantemente en Francia, Alemania y buena parte de Italia. También hubo feudalismo en Inglaterra, ciertos reinos cristianos de España y los estados latinos del cercano Oriente. A la época de la historia de Europa donde predominó el régimen feudal se le denomina Edad Media.

Monarcas, nobles y campesinos
La mejor manera de entender la sociedad feudal es visualizándola como una pirámide. En la cumbre estaban el monarca y el Papado, en seguida se ubicaban los nobles y la jerarquía eclesiástica, y los campesinos constituían la base.
El feudalismo se caracteriza por un tipo de relación social que se conoce como vasallaje, que se dio básicamente entre los nobles y el monarca. El vasallaje se define como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio —principalmente militar— por parte de un hombre libre llamado “vasallo” hacia un hombre libre llamado “señor” y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”. La mayoría de las veces la obligación de sostenimiento del señor implicaba que éste otorgara al vasallo la posesión de una extensión de tierra llamada “feudo”. El feudo o propiedad territorial fue la pieza clave de los lazos de dependencia entre un señor y un vasallo.
Por ejemplo, si un noble daba un feudo (tierras) a otro noble, éste se convertía en vasallo del señor que le otorgaba la propiedad. A su vez este señor era vasallo de otro noble (señor) que le había dado un feudo, y de este modo se creaba una cadena de señores y vasallos que se debían lealtad y obligaciones unos a otros. Así los nobles eran señores y simultáneamente vasallos. Nominalmente, todos los señores eran vasallos del rey. Sin embargo, en la práctica hubo señores feudales tan poderosos como el monarca. El monarca era un soberano feudal de sus vasallos a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos de fidelidad. Los recursos económicos del rey residían casi exclusivamente en sus dominios personales como señor, y sus llamadas a sus vasallos tenían una naturaleza esencialmente militar. El monarca sólo era señor de sus propios dominios; en el resto de su imperio era en gran medida una figura ceremonial.
Dentro del feudo o espacio territorial de los señores vivían campesinos que no eran propiedad personal del señor feudal, pero tampoco eran hombres libres sino “siervos”. Los siervos tenían la obligación de entregar parte de su trabajo agrícola y de realizar determinadas obligaciones laborales para su señor. Para el siglo X la gran mayoría del campesinado vivía una condición de servidumbre. Es decir, los campesinos que ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. El campesino que era siervo de un señor feudal estaba totalmente sometido a la voluntad de su señor.
La encomienda, encomendación o patrocinio (patrocinium, commendatio, aunque era habitual utilizar el término commendatio para el acto del homenaje o incluso para toda la institución del vasallaje) eran pactos teóricos entre los campesinos y el señor feudal, que podían también ritualizarse en una ceremonia o -más raramente- dar lugar a un documento. El señor acogía a los campesinos en su feudo, que se organizaba en una reserva señorial que los siervos debían trabajar obligatoriamente (sernas o corveas) y en el conjunto de las pequeñas explotaciones familiares (mansos) que se atribuían a los campesinos para que pudieran subsistir. Obligación del señor era protegerles si eran atacados, y mantener el orden y la justicia en el feudo. A cambio, el campesino se convertía en su siervo y pasaba a la doble jurisdicción del señor feudal: en los términos utilizados en España en la Baja Edad Media, el señorío territorial, que obligaba al campesino a pagar rentas al noble por el uso de la tierra; y el señorío jurisdiccional, que convertía al señor feudal en gobernante y juez del territorio en el que vivía el campesino, por lo que obtenía rentas feudales de muy distinto origen (impuestos, multas, monopolios, etc.). La distinción entre propiedad y jurisdicción no era en el feudalismo algo claro, pues de hecho el mismo concepto de propiedad era confuso, y la jurisdicción, otorgada por el rey como merced, ponía al señor en disposición de obtener sus rentas. No existieron señoríos jurisdiccionales en los que la totalidad de las parcelas pertenecieran como propiedad al señor, siendo muy generalizadas distintas formas de alodio en los campesinos. En momentos posteriores de despoblamiento y refeudalización, como la crisis del siglo XVII, algunos nobles intentaban que se considerasen despoblados completamente de campesinos un señorío para liberarse de todo tipo de cortapisas y convertirlo en coto redondo reconvertible para otro uso, como el ganadero.[7]
Junto con el feudo, el vasallo recibe los siervos que hay en él, no como propiedad esclavista, pero tampoco en régimen de libertad; puesto que su condición servil les impide abandonarlo y les obliga a trabajar. Las obligaciones del señor del feudo incluyen el mantenimiento del orden, o sea, la jurisdicción civil y criminal (mero e mixto imperio en la terminología jurídica reintroducida con el Derecho Romano en la Baja Edad Media), lo que daba aún mayores oportunidades para obtener el excedente productivo que los campesinos pudieran obtener después de las obligaciones de trabajo -corveas o sernas en la reserva señorial- o del pago de renta -en especie o en dinero, de circulación muy escasa en la Alta Edad Media, pero más generalizada en los últimos siglos medievales, según fue dinamizándose la economía-. Como monopolio señorial solían quedar la explotación de los bosques y la caza, los caminos y puentes, los molinos, las tabernas y tiendas. Todo ello eran más oportunidades de obtener más renta feudal, incluidos derechos tradicionales, como el ius prime noctis o derecho de pernada, que se convirtió en un impuesto por matrimonios, buena muestra de que es en el excedente de donde se extrae la renta feudal de forma extraeconómica (en este caso en la demostración de que una comunidad campesina crece y prospera).
Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes, eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio Carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.
Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, existiendo anteriormente, habían quedado reducidas a pocos espacios territoriales. Entre ellos cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza motriz y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando mano de obra. Además, mejoran los métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, cuya cría aumenta de manera notable y permitirá disponer de animales de tiro en abundancia. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro.
La explotación agraria feudal era de subsistencia. Los siervos cultivaban lo suficiente para mantenerse a sí mismos y para pagar los diezmos a la Iglesia y la renta al señor. De la recolecta se separaban también las semillas necesarias para la siguiente siembra. Los mercados urbanos se abastecían con las porciones de los diezmos y la renta.
Los cultivos se organizaban en torno a las poblaciones en tres anillos. El primero y más cercano a la población se dedicaba a las frutas y hortalizas. El segundo era para los cereales, principal sustento de la época. El tercer núcleo eran tierras de pasto y monte explotadas de forma comunal. Los pastos comunales limitaban por tanto la expansión de las tierras de cereales e impedían ampliar la extensión cultivada según la demanda de la población.
La rotación de cultivos era el principal sistema utilizado para evitar el deterioro de la tierra. Este método consiste en dejar en barbecho (es decir, sin cultivar) una parte de la tierra cada año para permitir su regeneración. En las regiones mediterráneas se usaba la rotación bienal, según el cual la mitad de las tierras quedaba en barbecho cada año. En las regiones europeas atlánticas se usaba la rotación trienal: un tercio de la tierra para cereal de ciclo largo -de invierno-, otro tercio para cereal de ciclo corto -verano- y el último tercio en barbecho. La tierra que quedaba sin cultivar se dedicaba a uso comunal, permitiendo que los animales pastasen en ella (práctica conocida como derrota de las mieses)
El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone ya en el siglo XI una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie. Se reducen las tierras del señor y aumentan los arrendamientos. Al mismo tiempo, los campesinos aumentan sus rentas disponibles y ganan en independencia.
Se incrementa el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, la extensión de los terrenos arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Las mejores tierras atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento de la población es notable a partir del 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años y se triplicará hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las hambrunas han desaparecido.
A partir del siglo XII, la existencia de excedentes incrementa el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que debe realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores, que a su vez incrementan con ello sus recursos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías de acceso florecen. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.
El campesino recibía una parcela la que debía trabajar y pagar una renta, a esto se denominó renta del suelo, y a medida que se desarrollaron las fuerzas productivas tomó diferentes modalidades. Estas fueron: renta en trabajo, prestaciones personales, renta en especie y renta en dinero.
Renta en trabajo y prestaciones personales: consistía en la obligación de trabajar 2 o 3 días en la tierra del señor y además efectuar labores agrícolas y domésticas.
Renta en especie: Era un pago en especie mediante un porcentaje que iba del 5 al 20% de lo producido en la propia parcela.
Renta en dinero: Era un pago en metálico por el uso de puentes, minas molinos, fraguas, etc.
Una característica importante del Feudalismo es que era un sistema natural, cerrado, se producía para satisfacer las necesidades del feudo, no para negociar o comerciar. Era una economía rural. La actividad principal era la agricultura, alrededor de la cual florecieron los oficios.
En la sociedad Medieval, la producción estaba destinada principalmente al consumo propio, a satisfacer solo las necesidades del productor y de su familia.
En el feudalismo no se producía mercancías (bienes para intercambio) por lo que el desarrollo del comercio es muy pobre en ésta época.
En resumen: encima de la masa de siervos se establece una pirámide de señores feudales, en la que siempre un señor feudal debe obediencia y vasallaje al superior, hasta culminar en el monarca, que está en la cúspide de la pirámide social. El establecimiento de los nobles y terratenientes locales en las provincias por medio del sistema de feudos, así como la consolidación de sus dominios sobre el campesinado, constituyen los cimientos del feudalismo. En este sistema de vida quien posee tierra posee poder y quien no tiene tierra forma parte de la servidumbre.
Sociedad agraria
En el siglo VIII, cuando los musulmanes bloquearon el mar Mediterráneo, la principal ruta comercial de Europa, el intercambio mercantil y la circulación en Europa se restringieron al grado más bajo que podían alcanzar. Los primeros indicios del feudalismo en la Europa occidental, en el curso del siglo IX, no son más que la repercusión de la regresión económica de la sociedad a una civilización puramente agrícola.

El modo de producción feudal fue aplastantemente agrícola y el comercio se redujo a su mínima expresión. La vida rural fue controlada por los señores feudales y organizada dentro de sus propiedades, mismas que incluían comarcas campesinas. En los feudos la economía fue local: producían casi todo lo que consumían
Iglesia

Durante la Edad Media hubo una continua disputa entre los monarcas y los papas. En el mundo medieval, rigurosamente jerárquico, la Iglesia tuvo un lugar muy importante porque poseía tierras, poder económico y moral sobre los pobladores, y porque fue la gran depositaria del conocimiento y de las técnicas de la época. En una sociedad poco instruida, sólo la Iglesia poseía dos valiosos tesoros culturales: la lectura y la escritura. Así el espíritu de la Iglesia católica dominó la cultura medieval.
Mientras que en el señorío rural se concentra el poder económico de los grandes latifundistas sobre los campesinos que trabajan o habitan sus tierras, el predicamento social de los mismos, su capacidad de mando, de coerción (ban o jurisdicción) y de control social, en el régimen feudal se entremezclan la capacidad económica con la legitimidad institucional y política. Sólo que, mientras que el señorío es una realidad histórica que se encuentra con independencia del poder feudal y de su régimen, dicho régimen feudal se soporta fielmente sobre el señorío explotado por el titular sobre la exacción de la renta campesina.
En el feudalismo es la tierra, por tanto, el fundamento del poder y en torno a ella se establece las relaciones de propiedad y de posesión, se originan y modifican las condiciones de los campesinos, se desarrollan las nuevas técnicas agrícolas y se perfila la institución señorial. Pero la patrimonialización de la tierra, a través del feudo, conlleva la subdivisión hereditaria, las alienaciones o enajenaciones de todo tipo, la subinfeudación y hasta la posibilidad de que una mujer o un infante herede el feudo a pesar de que los dos estén inhabilitados e incapacitados para la función militar. Y si en principio el señor podía oponerse a dichos traspasos o les sacaba partido mediante una tasa o laudemio, después tan sólo le quedó la posibilidad de recuperar el feudo al mismo precio que el pagado por el comprador por medio del derecho preferente del retracto feudal.
Por otro lado, las obligaciones recíprocas venían establecidas ya desde tiempo atrás: mantener y proteger el señor al vasallo y ofrecer al señor el auxilio y consejo (auxilium et consilium ) con colaboración personal y prestación de ayuda en la hueste, cabalgada, etc. Poco a poco el simbolismo del ceremonial antes expuesto y la ideologización del sistema corroboró el triunfo de la aristocracia feudal sobre el conjunto social europeo. Como recoge P. Iradiel, de la fragmentación del poder público -estudiado por P. Toubert a través del "encastillamiento"- se pasaría en lo político a los nuevos principados territoriales y después a las monarquías feudales -ya señaladas por Ch. Petit-Dutaillis-, llegándose a una situación en la que los señores feudales, al explotar la renta y el feudo, se convirtieron en los garantes de que la redistribución de los beneficios obtenidos por la explotación de la tierra recayese en la clase dominante. Aunque en ello, las variantes nacionales y aun regionales impidan ofrecer un panorama uniforme y revelador de una situación equiparable en toda Europa.
Los feudos constituyeron la base económica del feudalismo. En su forma más simple consistían en un pueblo que pertenecía a un señor, aunque un señor poseía a menudo numerosos feudos. Una parte del feudo estaba reservada para el señor feudal, y otra parte más pequeña era cultivada por los vasallos, que debían pagar a aquél una renta, mientras que el resto era cultivado por los siervos, que eran la mayoría de los habitantes del pueblo. Los siervos debían trabajar, como recompensa por la posesión de sus tierras, dos o tres días a la semana en las tierras del señor, además de los días propios del tiempo de siembra y cosecha. Tenían también que proporcionarle aves de corral, huevos, cerdos y otros productos