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lunes, 18 de octubre de 2010

Conflictos religiosos en el siglo XVI

El cristianismo

El cristianismo en el mundo

La Reforma religiosa

Causas
Políticas
Durante muchos siglos anteriores al siglo XVI, La Iglesia Católica no había sido sólo una organización religiosa, sino también una gran potencia política que hallaba fácilmente motivo de choque con otros estados políticos. Sus dignatarios Papas, Obispos, Sacerdotes y monjes pretendían ser independientes de los gobiernos temporales y superiores a ellos. Poseían extensas propiedades, habitualmente exentos de toda contribución tributaria a los gobiernos temporales. Imponían directamente tributos a todos los fieles sin intervención alguna a la potestad civil. Juzgaban en sus tribunales propios, sin tolerar recursos a otros tribunales laicos todos los asuntos que concernían al clérigo y ciertas clases de ellos que afectaban a seglares. Esta jurisdicción política de la Iglesia fue necesaria en los tiempos feudales, pero en el siglo XVI, los Monarcas laicos reprimían el feudalismo; crecía entre los seglares la ambición política; el orgullo local se iba ensanchando hasta llegar a ser patriotismo nacional. Surgían en Europa Occidental fuertes estados nacionales, y en otros puntos crecía la demanda popular de los mismos. Los Monarcas Nacionales y presuntos leían autores como Maquiavelo y aspiraban un despotismo. Se iba estableciendo la Soberanía Nacional y lo único que faltaba para completarla era someter a la religión al dominio nacional. Los monarcas reales deseaban tener las riquezas e influencias de la Iglesia; codiciaban sus tierras, sus tributos y sus tribunales. Los patriotas de los países que no tenían aún Monarquías Nacionales se sentían inclinados a ver en el poder político de la iglesia el principal obstáculo a sus naciones aspirantes.

Religiosas
La Iglesia Católica tenía en su poder un Estado y el Papado actuaba como su soberano. Su elección dependía generalmente de los intereses políticos de los señores italianos o extranjeros, y, más de una vez, los jefes de la Cristiandad fueron hombres impuestos por la fuerza de las armas y no por su preparación religiosa, moral o intelectual. Los altos cargos eclesiásticos se otorgaban muchas veces, a nobles mal preparados desde el punto de vista religioso, que los codiciaban para gozar de ventajas materiales que ellos ofrecían. El alto clero frecuentemente acumulaba enormes riquezas, llevaba vida mundana y licenciosa, no practicaba el dogma, abusaba de su poder y su prerrogativa sin preocuparse por sus deberes inherentes a su cargo. A finales del siglo XV y a principios del siglo XVI se contaban grandes escándalos de la Corte Pontificia de Roma. Del Papa Alejandro VI se dice que fue de grosera inmoralidad y se dedicaba principalmente a conseguirles propiedades y posición social a sus hijos, César y Lucrecia Borgia. Julio II era un soldado, consagrado a la tarea de hacer de los Estados papales un sólido principado italiano. Lorenzo X hijo del banquero Lorenzo de Medici, se dedicó enteramente a la nueva ciencia y al nuevo arte, a la arquitectura y al teatro, y con objeto de obtener dinero para reedificar la Basílica de San Pedro de Roma y hacer frente a su desprendimiento y despilfarro, recurrió a los procedimientos financieros más censurables. Creaba nuevos beneficios eclesiásticos y los vendía. Aumentó los ingresos con indulgencias, jubileos y tributos normales. El mundanismo y la inmoralidad que en Roma prevalecían se reflejaron por toda la cristiandad en las vidas de muchos dignatarios menores de la iglesia y en la de los seglares de las clases elevadas.
Además de los conflictos entre los reyes y los Papas. Aquellos pretendían ser la primera figura espiritual en sus Reinos y éstos que los Reyes fueran coronados por los Papas como una especie de subordinación a ellos, esto causó un sentimiento exacerbado del espíritu nacionalista lo que aumentó la tensión de éstos frente al Papado.
Intelectuales
Al pregonar el libre examen, los humanistas invitaron a los cristianos a valerse directamente de la Biblia para interpretar su religión y resolver sus problemas espirituales. Al renovarse el procedimiento del estudio científico se renovaba el procedimiento del estudio Teológico y Filosófico. El hombre se valió de su propia razón y de su propia conciencia para normar su vida religiosa, buscando la verdad en la fuente original de información: La Biblia. Humanistas como Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro escribían en defensa de la sencillez del primitivo Evangelio Cristiano y contra la mala vida de los clérigos contemporáneos, contra su credulidad e ignorancia; y las críticas de estos eruditos llegaban a las masas, en lenguaje más simple y rudo, por conducto de una multitud de libelista.

Antecedentes
Para el siglo XV, los abusos cometidos por los Papas, obispos y clérigos los expuso a críticas severas y a una abierta oposición por parte del pueblo. Esto era herejía (estar en desacuerdo contra las normas establecidas por la Iglesia), desde luego, la herejía no era tolerada por la Iglesia.
Las personas que cometían este delito eran castigadas como criminales, algunas veces la condena conllevaba tortura o posible pena de muerte. La religión Católica era reconocida como la religión oficial de Europa y por lo tanto se consideraba un crimen, no únicamente contra el Estado, sino con más repercusión, ante Dios. Los líderes católicos habían caído en un estado espiritual pernicioso el cual promovía el absentismo y el abandonó de sus deberes pastorales.
Por otra parte, el nepotismo papal culminó cuando el Papa Sixto IV convirtió a todos sus sobrinos en cardenales o en gobernantes. Para el siglo XV se habían producido disputas importantes en el interior de la Iglesia estableciéndose la sede del Papa en Aviñón, bajo la influencia del rey de Francia.
Conflictos de tipo político entre los reyes y la Iglesia crearon fricciones que alcanzaron una intensidad excepcional. La reforma religiosa de tipo protestante surge precisamente como resultado de estos conflictos entre Iglesia y Estado.
Dos personajes que iniciaron el movimiento reformista contra la Iglesia Católica fueron el inglés Juan Wiclef y el checoslovaco Juan Huss. Wiclef comenzó a denunciar las irregularidades cometidas por los líderes católicos y sostenía que la Biblia y no el Papa, era la autoridad máxima en la Tierra.

Las noventa y cinco tesis

Las noventa y cinco tesis
Martin Lutero

En 1517 Martin Lutero escribe “Las noventa y cinco tesis” para protestar por las indulgencias, o sea el cobro que realizaba la iglesia romana por el perdón de los pecados, y cuyos fondos estarían destinados a la terminación de la Basílica del Vaticano.
Dos años antes le había escrito al Arzobispo Alberto de Blademburgo la siguiente carta:
Perdóname, reverendísimo padre en Cristo y príncipe ilustrísimo, que yo, hez de los hombres, sea tan temerario, que me atreva a dirigir esta carta a la cumbre de tu sublimidad.... Bajo tu preciadísimo nombre se hacen circular indulgencias papales para la fábrica de San Pedro, en las cuales yo no denuncio las exclamaciones de los predicadores, pues o las he oído, sino que lamento las falsísimas ideas que concibe el pueblo por causa de ellos. A saber: que las infelices almas, si compran las letras de indulgencia, están seguras de su salvación eterna; ítem, que las almas vuelan del purgatorio apenas se deposita la contribución en la caja; además que son tan grandes los favores, que no hay pecado por enorme que sea, que no pueda ser perdonado aunque uno hubiera violado —hipótesis imposible— a la misma Madre de Dios; y que el hombre queda libre, por estas indulgencias, de toda pena y culpa. ¡Oh Dios Santo! Tal es la doctrina perniciosa que se da, Padre óptimo, a las almas encomendadas a tus cuidados. Y se hace cada vez más grave la cuenta que has de rendir de todo esto. Por eso, no pude por más tiempo callar.... ¿Qué hacer, excelentísimo prelado e ilustrísimo príncipe, sino rogar a tu Reverendísima Paternidad se digne mirar esto con ojos de paternal solicitud y suprimir el librito e imponer a los predicadores de las indulgencias otra forma de predicación, no sea que alguien se levante por fin, y con sus publicaciones los refute a ellos y a tu librito, con vituperio sumo de tu Alteza?... Desde Wittenberg 1517, en la vigilia de Todos los Santos. Martín Lutero, agustiniano, doctor en sagrada teología.»

¿Cuál fue la situación concreta que motivó el escrito? Ya desde 1507 el Papa Julio II había concedido una indulgencia a quien colaborara con su limosna en la construcción de la nueva basílica de San Pedro. El Papa León X renovó dicha indulgencia en 1514. Pero lo que tal vez suscitó el malestar en Alemania fue el permiso otorgado a Alberto de Brandeburgo para predicar la misma indulgencia, solamente que con otros fines. El arzobispo había contraído una copiosa deuda con los conocidos banqueros Függer que le habían adelantado dinero para poder hacerse de una tercera diócesis, Maguncia. El dispositivo ideado para saldar la deuda fue que la mitad de las limosnas recogidas en la predicación de la indulgencia irían a parar a manos de los banqueros, y la otra mitad iría a las arcas de la Cámara Apostólica. Este hecho, sumado a una teología equivocada sobre los efectos de la indulgencia en los muertos (se decía en la predicación popular "No bien cae la limosna en el cestillo el alma sale del purgatorio"), inflamó a toda Alemania.
Entonces Lutero escribió su texto que fue el inicio de la ruptura de la unidad cristiana:

Las noventa y cinco tesis
1. Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.
2. Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.
3. Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior; antes bien, una penitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.
4. En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada en el reino de los cielos.
20. Por tanto, cuando el Papa habla de remisión plenaria de todas las penas, significa simplemente el perdón de todas ellas, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso.
21. En consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del Papa.
22. De modo que el Papa no remite pena alguna a las almas del purgatorio que, según los cánones, ellas debían haber pagado en esta vida.
23. Si a alguien se le puede conceder en todo sentido una remisión de todas las penas, es seguro que ello solamente puede otorgarse a los más perfectos, es decir, muy pocos.
24. Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariamente engañada por esa indiscriminada y jactanciosa promesa de la liberación de las penas.
25. El poder que el Papa tiene universalmente sobre el purgatorio, cualquier obispo o cura lo posee en particular sobre su diócesis o parroquia.
27. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando.
28. Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.
32. Serán eternamente condenados junto con sus maestros, aquellos que crean estar seguros de su salvación mediante una carta de indulgencias.
33. Hemos de cuidarnos mucho de aquellos que afirman que las indulgencias del Papa son el inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios.
34. Pues aquellas gracias de perdón sólo se refieren a las penas de la satisfacción sacramental, las cuales han sido establecidas por los hombres.
36. Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión plenaria de pena y culpa, aun sin carta de indulgencias.
37 Cualquier cristiano verdadero, sea que esté vivo o muerto, tiene participación en todos lo bienes de Cristo y de la Iglesia; esta participación le ha sido concedida por Dios, aun sin cartas de indulgencias.
39. Es dificilísimo hasta para los teólogos más brillantes, ensalzar al mismo tiempo, ante el pueblo. La prodigalidad de las indulgencias y la verdad de la contrición.
40. La verdadera contrición busca y ama las penas, pero la profusión de las indulgencias relaja y hace que las penas sean odiadas; por lo menos, da ocasión para ello.
41. Las indulgencias apostólicas deben predicarse con cautela para que el pueblo no crea equivocadamente que deban ser preferidas a las demás buenas obras de caridad.
42. Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del Papa, en manera alguna, que la compra de indulgencias se compare con las obras de misericordia.
43. Hay que instruir a los cristianos que aquel que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza una obra mayor que si comprase indulgencias.
44. Porque la caridad crece por la obra de caridad y el hombre llega a ser mejor; en cambio, no lo es por las indulgencias, sino a lo más, liberado de la pena.
45. Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.
46. Debe enseñarse a los cristianos que, si no son colmados de bienes superfluos, están obligados a retener lo necesario para su casa y de ningún modo derrocharlo en indulgencias.
47. Debe enseñarse a los cristianos que la compra de indulgencias queda librada a la propia voluntad y no constituye obligación.
48. Se debe enseñar a los cristianos que, al otorgar indulgencias, el Papa tanto más necesita cuanto desea una oración ferviente por su persona, antes que dinero en efectivo.
50. Debe enseñarse a los cristianos que si el Papa conociera las exacciones de los predicadores de indulgencias, preferiría que la basílica de San Pedro se redujese a cenizas antes que construirla con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas.
51. Debe enseñarse a los cristianos que el Papa estaría dispuesto, como es su deber, a dar de su peculio a muchísimos de aquellos a los cuales los pregoneros de indulgencias sonsacaron el dinero aun cuando para ello tuviera que vender la basílica de San Pedro, si fuera menester.
52. Vana es la confianza en la salvación por medio de una carta de indulgencias, aunque el comisario y hasta el mismo Papa pusieran su misma alma como prenda.
53. Son enemigos de Cristo y del Papa los que, para predicar indulgencias, ordenan suspender por completo la predicación de la palabra de Dios en otras iglesias.
54. Oféndase a la palabra de Dios, cuando en un mismo sermón se dedica tanto o más tiempo a las indulgencias que a ella.
75. Es un disparate pensar que las indulgencias del Papa sean tan eficaces como para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios.
76. Decimos por el contrario, que las indulgencias papales no pueden borrar el más leve de los pecados veniales, en concierne a la culpa.

El elogio de la locura

El elogio de la locura
Erasmo de Rotterdam


Desiderio Erasmo de Rotterdam (1446-1536): fue una personalidad enormemente controvertida y molesta en su época. Vivió en la encrucijada entre la Reforma protestante y la obsoleta ortodoxia tradicionalista de la Iglesia cristiana, el cauteloso Erasmo se granjeó la enemistad y el repudio de ambos bandos: un traidor vendido al mejor postor para los luteranos y un peligroso reformista que, con sus doctrinas heréticas había apoyado al reformismo y perjudicado a la Iglesia de Roma.

Nacido en Rotterdam, Holanda, en 1469, recibió una buena educación impregnada por el estudio de las bonae litterae, esto es, de la literatura y las lenguas grecolatinas propias del humanismo renacentista, movimiento del que fue uno de sus máximos y más refinados representantes.
Gran estudioso y conocedor de la literatura y las lenguas grecolatinas, Erasmo fue un escritor enormemente original que puso su ingenio y la perspicacia lúcida e irónica de su pluma al servicio de una reforma de la Iglesia y de la sociedad que permitiera una vuelta al auténtico espíritu del cristianismo, perdido en abstractos formalismos escolásticos y degenerado por las corruptas instituciones y ritualismos eclesiásticos.

He aquí, algunos fragmentos de su libro “El elogio de la locura”:
1. San Pablo pudo ser un admirable defensor de la Fe, pero mostrase poco magistral al definirla diciendo solamente que «La Fe es el fundamento de las cosas que se esperan y la convicción de las [103] que no se ven ». Así como practicó la caridad de modo admirable, acreditó ser poco dialéctico en la división y en la definición que hace de ella en el capítulo XIII de su primera Epístola a los corintios. Los Apóstoles, que sin duda consagraban con devoción, si se les hubiera interrogado acerca de los términos «a quo» y «ad quem», o sobre la Transustanciación, o de cómo el mismo cuerpo puede a la vez ocupar dos lugares distintos, o de las diferencias que pueden hallarse en el cuerpo de Cristo, ora cuando está en el cielo, ora en la cruz, ora en el sacramento de la Eucaristía, o en qué momento preciso se verifica la Transustanciación -ya que las palabras en cuya virtud se realiza, como cantidad discreta, se pronuncian sucesivamente-, no es posible que sus respuestas alcanzasen a la agudeza de los escotistas en la definición y explicación de todo lo que he dicho. Conocieron a la Madre de Cristo, pero ¿cuál de ellos hubiera demostrado tan filosóficamente como nuestros teólogos de qué modo la Virgen fue preservada del pecado original? Pedro recibió las llaves y las recibió de Aquel que no las hubiera confiado a indigno, pero no sé, empero, si entendió y, desde luego, no llegó a la sutileza de saber cómo un hombre puede llevar las llaves de la Ciencia careciendo en absoluto de ella. Estos Apóstoles bautizaban por todas partes y, sin embargo, jamás explicaron la causa formal, material, eficiente y final del bautismo, ni hay mención alguna de ellos de su carácter deleble e indeleble. Adoraban a Dios en espíritu, sin atender más que a las palabras del Evangelio: «Dios es espíritu y en espíritu y en verdad se le debe adorar”, pero no consta que les fuese revelado entonces que se deba adorar del mismo modo una mala imagen de Cristo pintada con carbón en una pared, a condición de que tenga dos dedos extendidos, larga cabellera y una aureola con tres rayas sobre el occipucio. ¿Quién podrá darse cuenta de ello sin haber pasado por lo menos treinta y seis años estudiando la física y la metafísica de Aristóteles y Escoto?

2. Pero Cristo, cuando vea que no lleva traza de acabar esta lista de méritos, les interrumpirá exclamando: « ¿De dónde ha salido esta nueva casta de judíos? En verdad os digo que yo no conozco más que mi ley, y es la única cosa de que no he oído ni una palabra. En aquel tiempo, prometí de modo manifiesto y sin cobertura de parábola alguna, el reino de mi Padre, no a las cogullas, ni a los votos, ni a los ayunos, sino a las obras de caridad. No reconozco a los que estiman tanto sus propios méritos y quieren pasar todavía por mejores que Yo. Vayan, si quieren, al paraíso de los abraxistas o que les concedan uno de estos nuevos cielos que han inventado, ya que antepusieron sus despreciables tradiciones a mis mandamientos.» Cuando escuchen todo esto y contemplen que lo marinos y los cocheros son preferidos a ellos, ¡con qué cara se mirarán unos a otros!... Pero mientras tanto, les hago dichosos gracias a la esperanza que reciben de mí.

3. Los pontífices, cardenales y obispos, sucesores de los Apóstoles, imitan de tiempo inmemorial la conducta de los príncipes y casi les llevan ventaja. Pero si alguno reflexionase que su vestidura de lino de níveo blancor simboliza una vida inmaculada, que la mitra bicorne, cuyas puntas están unidas por un lazo, representa la ciencia absoluta del Antiguo y del Nuevo Testamento; que los guantes que cubren sus manos le indican que deben estar protegidas del contacto de las humanas cosas e inmaculadas para administrar los Sacramentos; que el báculo es insignia de vigilancia diligentísima para con la grey que se le ha confiado; que el pectoral que pende de su pecho representa la victoria de las virtudes sobre las pasiones; si uno de éstos, digo, meditase sobre todo ello, ¿no viviría lleno de tristeza e inquietud? Pero nuestros prelados de hoy tienen bastante con ser pastores de sí mismos y confían el cuidado de sus ovejas o a Cristo, o a los frailes y vicarios. No recuerdan que la palabra «obispo» quiere decir, trabajo, vigilancia y solicitud. Sólo si se trata de coger dinero se sienten verdaderamente obispos y no se les embota la vista.
4. De la misma manera si los cardenales reflexionasen que son sucesores de los Apóstoles y que deben guardar la misma conducta que éstos observaron; que no son dueños, sino administradores de los bienes espirituales, de todos los cuales han de dar pronto exacta cuenta; si filosofasen un poco sobre sus vestiduras y reflexionasen: «Este albo sobrepelliz, ¿no representa la pureza de costumbres? Este manto de púrpura, ¿no simboliza el ardentísimo amor a Dios? Esta capa tan amplia que cubre completamente la mula de Su Reverencia y que bien pudiera tapar a un camello, ¿no significa extensísima caridad que debe llegar a ayudar a todos, es decir, a enseñar, exhortar, consolar, reprender, amonestar, evitar las guerras, resistir a los malos príncipes derramando para ello no sólo las riquezas, sino la propia sangre en beneficio del rebaño de Cristo? Además, ¿se precisan las riquezas para imitar a los Apóstoles en su existencia?» Si todo esto recordase, no ambicionarían tal posición y dejándola de buen grado, llevarían vida laboriosa y prudente, como fue la de los discípulos de Jesús.
5. Si los Sumos Pontífices, que hacen las veces de Cristo en la Tierra se esforzaran en imitar su vida, su pobreza, trabajos, doctrina, su cruz y desprecio del mundo; si pensasen en que el nombre de «Papa» quiere decir «Padre» y advirtieran el título de «Santísimo», ¿quién habría tan desdichado como ellos? ¿Quién querría alcanzar este honor a tal precio y conservarlo por medio de la espada, el veneno y todo género de violencias? ¡Cómo tendrían que privarse de sus placeres si alguna vez se adueñase de ellos la sabiduría...! ¿He dicho la sabiduría? Sería suficiente un granito de sal, según recuerda Cristo. ¡Tantas riquezas honores, triunfos, poder, cargos, indulgencias, tributos, caballos, mulos, escoltas y comodidades! Ya veis cuántas vigilias, cuánto trabajo y cuánta riqueza he resumido en pocas palabras. Todo esto habría de trocarlo por vigilias, ayunos, lágrimas, preces, sermones, estudios, penitencias y otras mil pesadumbres.

6. De la misma manera, los pontífices, diligentísimos para amontonar dinero, delegan en los obispos los menesteres demasiado apostólicos; los obispos, en los párrocos; los párrocos, en los vicarios; los vicarios, en los monjes mendicantes y, por fin, éstos lo confían a quienes se ocupan de trasquilar la lana de las ovejas.

Tomado de: www.cibernous.com

lunes, 11 de octubre de 2010

urgente: problemas con la escasez del agua


En 2050 la escasez de agua afectará a 7.000 millones de personas
Naciones Unidas advierte de la gran crisis del siglo XXI, agravada por el cambio climático
Siete mil millones de personas padecerán escasez de agua en 2050 debido a los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos, según el último informe de Naciones Unidas publicado en vísperas del Foro Mundial del Agua (16 y el 23 de marzo) y del Día Mundial del Agua, que se desarrolla el próximo día 22. El origen de la crisis no hay que rastrearlo en la propia naturaleza, sino en la gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados. Por Sergio Manaut.


Cada día miles de niños pasan gran parte de su tiempo en las aguas contaminadas de los ríos que cruzan los países más pobres del planeta. Muchos de ellos hunden sus pies en el barroso fondo para buscar metales preciosos que luego canjean por unas pocas monedas. Otros, en cambio, se zambullen para acercarse a los cruceros que, cargados de turistas, navegan esos ríos llenos de historia y miseria. Las barandas de los barcos marcan la distinta suerte corrida por unos y otros: mientras a los que están a bordo el final del día les espera con reparadoras pompas de jabón, los niños continuarán en sus pompas de agua, a las que indefectiblemente están condenados. Si a estos pequeños el presente se les presenta sombrío, el futuro asoma todavía más desalentador. La Tierra se enfrenta en este comienzo del siglo veintiuno con una grave crisis del agua. La verdadera tragedia Así lo destaca el informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, titulado Agua para todos, agua para la vida, publicado en vísperas del Foro Mundial del Agua (16 y el 23 de marzo) y del Día Mundial del Agua, que se desarrolla el próximo día 22. La verdadera tragedia de esta crisis es su efecto sobre la vida cotidiana de las poblaciones pobres que sufren el peso de las enfermedades relacionadas con el agua, viviendo en entornos degradados y a menudo peligrosos, luchando por ganarse la vida y por solventar sus necesidades básicas de alimentación. El origen de la crisis no hay que rastrearlo en la propia naturaleza, sino en la gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados.
El informe de Naciones Unidas asegura que se trata de un problema de actitud y de comportamiento, problemas en su mayoría identificables y localizables. Y si bien este dato abre una puerta hacia la esperanza, la inercia de los líderes y la ausencia de una conciencia clara sobre la magnitud del problema por parte de la población mundial, impiden que se lleven a cabo medidas correctivas. Escasez aguda de agua Únicamente el 2,53% del total de agua existente en el planeta es dulce y el resto es salada. Aproximadamente las dos terceras partes del agua dulce se encuentran inmovilizadas en glaciares y al abrigo de nieves perpetuas. Por otra parte, los recursos de agua dulce se ven reducidos por la contaminación. Unos dos millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras, incluyendo residuos industriales y químicos, vertidos humanos y desechos agrícolas (fertilizantes, pesticidas y residuos de pesticidas). Como siempre, las poblaciones más pobres resultan las más afectadas, con un 50% de la población de los países en desarrollo expuesta a fuentes de agua contaminadas. Asimismo, las estimaciones más recientes sugieren que el cambio climático será responsable del alrededor del 20% del incremento de la escasez global del agua. Datos preocupantes Al respecto se considera que de aquí al año 2050, siete mil millones de seres humanos que vivirán en sesenta países, padecerán graves penurias de agua. El informe clasifica 180 países y territorios según la cantidad y calidad de agua disponible- Kuwait, Gaza, Emiratos Árabes, Bahamas y Qatar son los que acusan mayores necesidades por disponer de las menores reservas de agua potable por individuo. En el otro extremo figuran Finlandia, Canadá, Guyana Francesa, Islandia, Guyana, Surinam y Congo-Kinshasa, países todos ellos con las mayores reservas de agua potable por individuo. Así, entre todos los objetivos que las distintas instancias internacionales han establecido en los últimos años - las Metas de Desarrollo del Milenio para el 2015, adoptadas por la Cumbre de las Naciones Unidas de 2000, por ejemplo -, muchos de ellos han colocado a la problemática del agua en un sitio preferente. En este sentido, la Declaración Ministerial de La Haya de marzo de 2000 aprobó una serie de desafíos como base de la acción futura. Primer desafío El primero de ellos apunta a satisfacer las necesidades humanas básicas, ya que las dolencias relacionadas con el agua son una de las causas más comunes de enfermedad y de muerte entre los pobres en los países en desarrollo. Las estadísticas hablan por sí mismas. En 2000, la tasa de mortalidad estimada sólo por diarreas relacionadas con la falta de sistemas de saneamiento del agua fue de 2.213 millones de personas. La mayoría de los afectados por mortalidad y morbilidad relacionadas con el agua son niños menores de cinco años. Otro dato: actualmente 1.100 millones de personas carecen de instalaciones necesarias para abastecerse de agua y 2.400 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento. Las medidas a implantar para revertir esta situación no son complicadas ni onerosas, pero requieren una reorientación política considerable. Segundo desafío El segundo desafío busca proteger los ecosistemas, y el agua constituye una parte esencial de todo ecosistema. Y no hay dudas de que los ecosistemas acuáticos continentales presentan graves problemas. El caudal de alrededor del 60% de los mayores ríos del mundo ha quedado interrumpido por alguna estructura hidráulica. Tercer desafío Las necesidades divergentes del entorno urbano constituyen el tercer tema planteado. Según las estimaciones de los organismos internacionales, el 48% de la población mundial actual vive en pueblos y ciudades. En 2030 la proporción será de cerca del 60%. Las aglomeraciones urbanas concentran desechos, y cuando la gestión de los residuos es precaria o inexistente, las ciudades se transforman en los entornos más peligrosos que existen en el mundo. De ahí que se hace imperiosa la adopción de ciertas medidas para mejorar el suministro de agua, el saneamiento y el control de las inundaciones en las ciudades. Por ejemplo, la existencia de buenos servicios sanitarios es primordial, ya se trate de empresas públicas, semi-privadas o privadas, sujetas a una reglamentación adecuada. Cuarto desafío El cuarto desafío habla de asegurar el suministro de alimentos para una población mundial creciente. Con una agricultura no controlada se logra alimentar a unos 500 millones de personas; por eso, para alimentar a la población mundial actual, de seis mil millones de individuos, es necesario recurrir a la agricultura sistemática. Si bien la mayor parte de la agricultura depende de la lluvia, es clave el uso eficiente del agua de riego, actualmente situado alrededor del 38% en todo el mundo. Este debería mejorar hasta alcanzar un promedio del 42% en 2030, gracias a la tecnología y a una mejor gestión del agua de riego. Quinto desafío El quinto desafío apunta a promover una industria más limpia. La utilización del agua en los procesos de fabricación, a menudo en grandes cantidades, es muy corriente. Luego, se devuelve a los sistemas locales. El agua vertida por las industrias puede ser de muy mala calidad y, a no ser que se trate de forma adecuada, es una amenaza para las aguas superficiales y subterráneas en las que se vierte. La industria puede constituir una amenaza crónica debido al vertido constante de efluentes, o bien una amenaza crítica si, por un fallo accidental, se genera una contaminación intensa en un período corto. La formación en materia de gestión de la demanda, combinada con la transferencia de tecnología, puede beneficiar al medio ambiente y mejorar el rendimiento económico de las empresas. Sexto desafío El sexto desafío consiste en utilizar la energía para cubrir las necesidades del desarrollo. Es que el agua es imprescindible para la producción de energía. Sus dos aplicaciones principales son la producción de electricidad de origen hidráulico y su uso a efectos de enfriamiento en centrales térmicas de energía eléctrica. Con todo, la electricidad contribuye a la reducción de la pobreza en muchas formas. Resulta esencial para la subsistencia de pequeñas empresas y para mejorar los servicios médicos, incluyendo los equipos electrógenos y la refrigeración de vacunas y medicamentos, entre otras funciones. Séptimo desafío La reducción de los riesgos y hacer frente a la incertidumbre es el séptimo desafío. Las razones hay que buscarlas en el número de víctimas de los diversos desastres naturales, ya que aumentó de 147 millones a 211 millones por año entre 1991 y 2000. Las pérdidas económicas derivadas de las catástrofes naturales han aumentado de 30 mil a 70 mil millones de dólares en los Estados Unidos entre 1990 y 1999. Asimismo, alrededor del 97% de las muertes causadas por los desastres naturales han tenido lugar en países en desarrollo. En el caso de las inundaciones, el riesgo potencial está relacionado con su magnitud y frecuencia. Es posible calcular la probabilidad de su aparición y prever las inundaciones en tiempo real. Medidas Por último, el informe de las Naciones Unidas insta a compartir el agua, no sólo entre sus diferentes usos (energía, ciudades, alimentación, etc), sino también entre los diferentes usuarios (regiones administrativas o países que comparten una misma cuenca o acuífero). También a identificar y valorar las múltiples facetas del agua, no sólo como un valor económico, sino además en su dimensión social, religiosa, cultural y ambiental. El conjunto de desafíos deberá estar acompañado por una responsabilidad colectiva y una administración responsable del agua para asegurar un desarrollo sostenible.