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miércoles, 29 de agosto de 2018

La modernización en Colombia en el siglo XIX




LA MODERNIZACIÓN EN COLOMBIA SIGLO XIX
Alfredo Ramos Osorio

Cuando las sociedades latinoamericanas empezaron a independizarse de las potencias europeas, Gran Bretaña había iniciado un poderoso desarrollo industrial que luego se extendería a otras naciones de Europa y a los Estados Unidos.
Las sociedades latinoamericanas se incorporaron tempranamente en el mundo cultural occidental, a diferencia de las sociedades africanas y asiáticas, porque para los grupos sociales dominantes se debía continuar en la ruta de la occidentalización. Además la religión, el idioma, los sistemas legales eran de origen europeo y la adopción de los sistemas económicos y políticos de las potencias de Europa no significaba para estos pueblos cambios demasiado bruscos.
Indudablemente que los nuevos modelos que se adoptaron hizo que en muchos países amplios sectores de población indígena quedaran por fuera del paradigma cultural europeo y que las tradiciones culturales fueran aniquiladas paulatinamente por el desarrollo de los nuevos modelos que se impusieron.
¿Pero, en qué consistía la propuesta que finalmente se adaptó para las sociedades latinoamericanas?. La respuesta es sencilla, el capitalismo en la economía y la democracia en la política, y los procesos de implementación se denominan modernización y modernidad respectivamente.
Cuando se habla de modernización se hace referencia a los procesos económicos que le permiten a una sociedad transformar las formas de producción tradicionales orientadas al autoconsumo, y esto significa:
1.   La aparición de una fuerza de trabajo asalariada y de un proletariado
2.   La eliminación de las restricciones legales que sustraen la propiedad de la tierra del mercado
3.  La utilización de la riqueza como una forma de inversión permanente y no como una forma de ostentación y prestigio. Esto implica la creación de un mercado de capitales donde los hombres de empresa tengan la libertad suficiente para realizar sus negocios. La iniciativa privada y el sistema de mercado terminan por liquidar los obstáculos establecidos por la autoridad y la tradición liberando la tierra, la fuerza de trabajo y los recursos en general del control de las autoridades tradicionales y convirtiéndolos en mercancías que se adquieren en el sistema del mercado.
4.   La creación de un mercado nacional
5.   El surgimiento de un sector industrial basado en el empleo de maquinaria y energía mecánica
6.   El surgimiento de una estructura social relativamente móvil, con posibilidades de ascenso social, de iniciativa ocupacional y de desplazamientos geográficos para los individuos
7.   La incorporación acelerada de tecnologías provenientes de los centros económicos avanzados, etc.
8.   La construcción de una infraestructura mínima: Para impulsar el mercado se requiere de vías de comunicación y de sistemas de transporte, servicios públicos, universidades, sistemas de generación eléctrica, etc.
9.  Un mercado financiero: Una sociedad de mercado no puede detenerse, los empresarios necesitan de capital de manera permanente para sus inversiones productivas. El mercado de capitales crea el mundo de las finanzas, los capitales excedentes y el ahorro social es utilizado por los bancos y corporaciones financieras para que los empresarios, el gobierno y las familias puedan realizar sus proyectos

Cuando se habla de modernidad se hace referencia a los procesos sociales y políticos que transforman las formas de poder basadas en la tradición y que implica:
  1. El sufragio o voto popular, donde se expresa la voluntad del pueblo.
  2.  Un estatuto constitucional, o cuerpo fundamental de leyes, que establece y limita los derechos y atribuciones del individuo y del Estado, y las relaciones del uno con el otro, a fin de evitar el abuso de la libertad por parte de los individuos y el exceso de autoridad de los gobernantes.
3.      La división de poderes dentro del Estado. Un Estado centralizado tendería naturalmente al autoritarismo despótico. El poder se separa y surge así el poder legislativo (el parlamento constituido por los representantes directos del pueblo), que formula las leyes; el poder ejecutivo (el presidente o Primer Ministro y su gabinete, así como las diferentes ramas de la administración pública) que hace cumplir las leyes y dirige las inversiones y planes estatales; y el poder judicial para investigar y castigar la infracción de las leyes.
  1. La adopción y vigencia de los principios fundamentales (establecidos en la Constitución y en las leyes secundarias) destinados a garantizar la vida, la igualdad y las formas capitales de libertad de los ciudadanos: libertad de pensamiento, de culto, de expresión de petición, de reunión, de tránsito, etc.

El proceso de consolidación de un estado moderno exige la ruptura de formas particularistas de ejercicio del poder público, la eliminación de estructuras regionales políticas independientes, el establecimiento de sistemas tributarios eficientes, confiables e impersonales, la conformación de una burocracia y un sistema policial capaces de imponer las decisiones del Estado. El proceso de modernización del sistema social incluye normalmente el crecimiento del sector urbano, la eliminación de las diferencias legales de la población, el debilitamiento de la dependencia individual de estructuras estamentales, étnicas y familiares y el surgimiento de un sistema de clases sociales formalmente abiertas. Las transformaciones culturales pueden incluir el debilitamiento de la función de la religión, el surgimiento de un sistema masivo de educación pública, el cambio de valores sociales y percepciones acerca del trabajo, la riqueza, el empleo del tiempo, la función de la ciencia, etc.
El proceso de modernización, sin embargo, no se desarrolla en forma lineal y coherente, a partir de un polo tradicional y en dirección a una meta moderna. Elementos tradicionales y modernos pueden combinarse en formas muy diversas. Resulta muy difícil establecer fases temporales precisas en el proceso de modernización, o señalar en que momento un país hace la transición a una sociedad moderna. Los especialistas utilizan indicadores para señalar el grado de desarrollo de la modernización (el peso del sector industrial en el producto interno; las tasas de alfabetización, el grado de urbanización, etc).

Colombia en el siglo XIX: un camino lleno de obstáculos
La primera élite criolla tenía una ideología definida. Esta ideología propugnaba por el estimulo a la producción; la expansión del comercio externo del país; la ampliación de la educación primaria, secundaria, técnica y superior; algunos criollos plantearon la necesidad de suprimir la diferenciación social entre los diferentes grupos étnicos, y que se eliminaran las instituciones que se apoyaban en esta diferenciación, como la esclavitud, los resguardos indígenas y el tributo a los indios.
Como puede verse la clase dirigente aspiraba a impulsar un modelo de modernización, pero debía afrontar obstáculos muy serios para su implementación:
1. La geografía del país ofrecía un territorio con muchas dificultades para construir un sistema de comunicaciones a nivel nacional. Las cordilleras colombianas impedían que las regiones pudieran establecer un comercio ágil y dinámico, el transporte era muy limitado y sólo o permitía escasos intercambios económicos entre los núcleos de población que quedaban muy distantes. Buena parte de la producción agrícola, que constituía la actividad de la casi totalidad de la población, se hacia por auto consumo. El transporte era costoso porque las mulas eran el principal vehículo y sólo hasta mediados del siglo XIX se introdujo en el país la navegación a vapor, sin que lo anterior solucionara la integración comercial sólida de las regiones en Colombia.
2. El único producto de exportación era el oro, extraído mediante el trabajo de los esclavos y de trabajadores independientes, pero a medida que fue transcurriendo el siglo su producción empezó a declinar
3. Los hacendados, utilizando sobre todo mano de obra vinculada a las haciendas, producían los bienes comerciales agrícolas más importantes, para mercados locales y regionales: azúcar, carne, cueros, algodón. Pero para estos hombres era muy difícil vincularse al mercado externo, porque buena parte de la población se encontraba en las altiplanicies elevadas del interior, a gran distancia de las costas y en una zona térmica cuyos productos competían con los productos de las zonas templadas de Europa y los Estados Unidos. Los capitales disponibles eran reducidos, se encontraban en general representados en tierras.
4. La importancia económica de los esclavos y de los indígenas se fue debilitando lentamente. En 1851 se decretó la eliminación definitiva de la esclavitud en Colombia. Sin embargo el proceso de creación de una clase obrera fue muy lento en Colombia.
5. El Estado se configuró desde el comienzo bajo los modelos liberales: separación de los poderes, elección de los funcionarios, sistema electoral con participación limitada, legislación escrita, pero esos principios tenían serios limitantes a la participación de los indígenas y a la población campesina, la mayoría de los colombianos no podía votar, el código penal permitía abusos y la discriminación social y étnica.
6. A pesar de que se esperaba una rápida recuperación económica después de la guerra de independencia, con base en una amplia inmigración europea, en capitales y en el comercio exterior, las condiciones del país frustraron esta esperanza, y el período en general fue de estancamiento económico. El capital extranjero se orientó hacia las áreas templadas, como los Estados Unidos y posteriormente Argentina, y la misma dirección siguieron las olas migratorias europeas.
7. Después de 1850 y hasta 1880, la clase dirigente del país intentó impulsar un modelo exportador de recursos agrícolas, producidos en zonas cercanas a los ríos y con escasa inversión de capitales. El país vivió pequeñas bonanzas con algunos productos que lograron vínculos efímeros con el comercio externo, como el tabaco, el añil, la quina, el algodón, el caucho. Sin embargo la escasa competitividad de estos productos, las dificultades del comercio interior y de los transportes, el avance tecnológico con el que no podíamos competir, impidieron que el proceso lograra consolidarse.
8. Las guerras civiles colombianas provocadas por los conflictos de los partidos políticos colombianos llevaron al país al desastre económico. Las clases dirigentes coincidían en abrir el país al comercio con el resto del mundo, y planteaban políticas librecarnbistas que favorecían la exportación de recursos naturales y la importación libre de mercancías extranjeras, aunque esto perjudicase a los artesanos colombianos. Los partidos colombianos se formaron hacia la mitad del siglo, y sus propuestas coincidían en lo económico, pero diferían en sus propuestas políticas, sobre todo en lo concerniente al papel de la iglesia en la vida nacional. Entre 1830 y 1860, aunque se mantuvieron las instituciones formales del sistema liberal, los grupos políticos derrotados desconocieron con frecuencia la legitimidad de los gobiernos elegidos en las elecciones (las elecciones eran manipuladas). El Estado débil, con escasos recursos, con muchas deudas contraídas durante las luchas de independencia, no lograba la lealtad de los dirigentes regionales, ni de los militares o políticos derrotados en las elecciones. Esto generó varias guerras civiles y el gobierno no pudo establecer una paz duradera. En 1861 los dirigentes liberales lograron derribar el gobierno legal conservador e implantar una constitución federalista, que reconocía el dominio de oligarquías regionales y la ausencia de estructuras de poder de alcance nacional. La constitución de 1863, al adecuar el sistema a una realidad económica y social, parece haber reducido la inestabilidad política nacional, aunque trasladándola a conflictos regionales. Durante 20 años los grupos liberales controlaron el poder nacional, aunque permitieron que en algunos Estados los conservadores controlaran el poder local.
Uno delos aspectos que introducía una mayor inestabilidad en el sistema político era el enfrentamiento entre el estado liberal y la iglesia. Para los dirigentes liberales, ésta constituía un obstáculo en el proceso de la búsqueda de progreso, y por lo tanto intentaron sujetarla a los objetivos del Estado. En el ario de 1863, muchas tierras de la iglesia fueron confiscadas y vendidas en subasta pública por el gobierno liberal. Además los liberales redujeron los privilegios de la iglesia en el control de la vida pública y del manejo del Estado. El efecto de este esfuerzo, que carecía de suficiente respaldo entre la población, fue identificar estrechamente a la iglesia con el partido conservador, que apoyaba la importancia de la tradición en la vida nacional.
9.  La crisis de las exportaciones, la inestabilidad política, los conflictos religiosos, condujeron a una crisis del partido liberal en el gobierno. Sectores liberales reformistas se aliaron con el partido conservador en 1880 y condujeron al país a una drástica reforma del sistema político. Se creó una nueva constitución (1886), que aunque conservaba los fundamentos del régimen liberal, terminó con el federalismo y estableció un sistema centralista, dándole al presidente un gran poder, las libertades públicas y los derechos eran meros formalismos y se le permitió a la iglesia el control sobre la educación y sobre otros aspectos que no le permitían al Estado una plena autonomía, como lo plantea la tradición liberal.
10.   Los alcances del modelo liberal hasta 1880 fueron precarios. Se desarrolló la navegación a vapor por el Río Magdalena, se crearon 40 bancos en el país, se crearon las primeras universidades, etc. Sin embargo el país no había podido vincularse con firmeza en el mercado mundial, el mercado de capitales era aún muy pequeño, el sistema educativo carecía de recursos para llegar a todas las personas y el analfabetismo era muy grande, el sistema de transportes era muy precario, no había capacidad de compra de la población y esto hacia que el mercado nacional fuera débil, etc.


lunes, 27 de agosto de 2018




Modernidad y modernización en Colombia
Alfredo Ramos Osorio

Modernidad: Se denomina modernidad al proceso de transformación de una sociedad tradicional a una sociedad moderna desde una perspectiva política, social y cultural. .
Modernización: Se denomina al proceso de transformación de la economía al pasar de economías de autoconsumo a sociedades industriales y de mercado.
Una sociedad tradicional, en el campo de la sociología, es una sociedad que se basa en las reglas y costumbres fijadas en el pasado y que, por lo tanto, tiene un gran respeto por la tradición y las formas de comportarse que esta dicta. Este tipo de sociedad humana se caracteriza por la importancia de la familia y los roles sociales tradicionales. Las características principales de estas sociedades las podemos resumir así:
·         Importancia de las tradiciones: Una sociedad tradicional está basada en la idea de que la mejor forma de enfrentarse a los problemas típicos de una sociedad es mediante el uso de tradiciones y normas que han sido comprobadas a lo largo del tiempo. Por ello, la población de estas sociedades se resiste a cualquier tipo de innovación.
·         Enorme importancia de la familia y la comunidad. Los esfuerzos humanos se centran en el bienestar de la familia y de la comunidad. Prima lo colectivo sobre lo individual.
·         Inmovilidad social. Las personas nacían en un estrato social que no se modificaba durante su vida. Si nacías campesino esta situación era inmodificable.
·         Predominio de la agricultura: Eran sociedades agrícolas y rurales. La economía dependía de estas actividades y la mayoría de la población vivía en el campo. Esto se podía comprobar en sus creencias, tradiciones, y formas de comportarse. Por ejemplo, las actividades de los pueblos se organizaban en torno a los ciclos de la cosecha.
·         Poca movilidad entre las comunidades: Dada la necesidad de autoconsumo de las comunidades y la escasez de la producción el comercio era escaso, no habían máquinas y el trabajo se fundamentaba en el esfuerzo manual con pocas herramientas de los seres humanos. El transporte era limitado y difícil, y por tanto el intercambio de ideas y conocimientos era limitado. La mayoría de las personas permanecían en su comunidad toda la vida.
·         Eran sociedades pre capitalistas. grandes reinos imperiales o pequeños dominios gobernados por señores locales (sociedad feudal). En todas esas sociedades grandes o pequeñas, la producción y la distribución de los bienes se llevaban a cabo bajo el control directo de los gobernantes. El campesino trabajando en los campos y el artesano en su taller no trabajaban como deseaban, por su propia cuenta. Cumplían en forma directa o indirecta las órdenes de la autoridad por encima de ellos, a cuyo poder y gloria estaba destinado su trabajo. A estas sociedades se les conoce como sistemas tributarios, dado que gran parte de la producción de los trabajadores se le debía entregar, en forma de tributo, a las autoridades o a los gobernantes. Hay que tener en cuenta que estas sociedades eran relativamente cerradas al intercambio y en ellas las decisiones sobre qué y cómo producir dependían básicamente, de la clase y de la cantidad de recursos de cada cual, y de la capacidad individual para transformarlos y disponer de ellos o ponerlos a disposición de otros miembros de la sociedad. Es decir eran sociedades de autoconsumo, donde la tecnología no permitía una gran producción (inexistencia de máquinas) y en donde los gobernantes dirigían la producción, organizando a los hombres y a las familias para el trabajo. Si bien había comercio, el objeto de la producción era suplir las necesidades de la comunidad y de la clase gobernante.
·         La fuerza de trabajo era controlada por los grupos del clan gobernante o por la aristocracia (nobles, reyes, faraones): utilizando numerosas formas de sujeción de los trabajadores (esclavismo, servilismo, gremialismo) que ataban la fuerza de trabajo
·         Se consideraba que los gobernantes tenían cierta relación con lo divino. “El poder era otorgado por los dioses”.
·         Eran sociedades muy desiguales, grupos privilegiados que controlaban el poder político y económico y amplios sectores de la población que no tenían derechos.
·         La mayoría de la población no tenía acceso a los conocimientos o a la educación. Muchos eran analfabetos.

Las sociedades modernas se caracterizan por:

a.       La base productiva ya no es la agricultura sino la industria, la minería, el comercio y el sistema bancario y financiero. Con el surgimiento del capitalismo surge un nuevo tipo de fuerza de trabajo: el trabajo asalariado, los trabajadores reciben una compensación económica por la labor desempeñada y son libres jurídicamente, pues no se pueden comprar ni vender.
b.      Surge un mercado de capitales: Surge un grupo de empresarios que utilizan la riqueza adquirida para invertirla de manera permanente. Una de las características básicas de la sociedad capitalista es la existencia de un conjunto de hombres de empresa con el capital suficiente para invertirlo permanentemente, lo que les permite construir un sistema de mercado. Esto requiere necesariamente que la iniciativa privada tenga un margen de libertad para el desarrollo de los negocios. La iniciativa privada y el sistema de mercado terminan por liquidar los obstáculos establecidos por la autoridad y la tradición liberando la tierra, la fuerza de trabajo y los recursos en general del control de las autoridades tradicionales y los convierte en mercancías que se adquieren en el sistema del mercado.
c.       La revolución tecnológica de la producción: Para producir un alto volumen de mercancías es necesario que la producción se apoye en el empleo de maquinaria y de la energía mecánica. De esta manera se garantiza una gran producción de bienes en serie que requiere la sociedad de mercado. Esto implica además el mejoramiento de los procesos de especialización productiva y de la división social del trabajo.
d.      El estatus social ya no se establece por el nacimiento sino por la riqueza. Los grandes empresarios (industriales, comerciantes, banqueros, inversionistas, etc.)  se convierten en la clase dominante sustituyendo a los nobles y reyes. Surge además una clase social llamada pequeña burguesía (pequeños empresarios, intelectuales, médicos, ingenieros), las clases bajas están representadas en los obreros de las fábricas y los campesinos pobres. Además existen los desempleados y desamparados sociales.
e.       Pero al surgir el capitalismo fue creciendo la importancia del mercado, los productores tenían que ganarse un lugar por sí mismos día tras día, y esto alteró en forma radical la posición de la tecnología, en particular en los pequeños talleres y fábricas que eran las áreas de gestación de la revolución capitalista. Aquí la lucha abierta obligó a buscar un punto de apoyo en la lucha por la subsistencia y la tecnología era uno de estos puntos disponibles para cualquier capitalista con aspiraciones, con una mente inquisidora y con un conocimiento de los procesos reales de la producción. Se buscaba un invento o avance que pudiera disminuir los costos o cambiar un producto para darle una ventaja sobre sus competidores. El esfuerzo por competir en el mercado trajo consigo la llamada Revolución Industrial, período que trajo cambios sorprendentes y en los cuales aparecieron nuevos tipos de bienes y servicios que cambiaron radicalmente la vida diaria, la producción se incrementó considerablemente y se fue mejorando  el nivel de vida de la gente, en cuanto a la salud, la alimentación y el uso del tiempo libre.
f.       La familia ya no es una unidad de producción. Los niños se van separando de la actividad productiva e ingresan a instituciones educativas por períodos cada vez más largos. La sociedad requería de trabajadores capacitados, entrenados y adiestrados en las tecnologías modernas, obligando a la población a educarse en las directrices del sistema económico. Los avances tecnológicos cada vez más rápidos obliga no sólo a educarse sino a especializarse. Las familias cambian, el número de hijos van disminuyendo y obliga a los padres a realizar esfuerzos económicos para educar a los niños y a los jóvenes.
g.       La religión pierde poder por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Las constituciones políticas declaran la separación de la iglesia y el Estado y establecen la libertad de cultos.
h.      Los seres humanos se separan cada vez más de las comunidades. Es la época del individualismo.
i.        Las zonas campesinas van perdiendo importancia, surge el éxodo del campo a la ciudad. Las ciudades van creciendo a un ritmo extraordinario en la medida del desarrollo de los negocios.
j.         Surgen las democracias modernas. Frente al “poder divino” que decían encarnar y ejercer los monarcas de tiempos pasados, o a la “predestinación” que invocan ciertas doctrinas a favor de las “minorías selectas”, la democracia defiende el concepto de “soberanía popular”, o sea, el derecho del pueblo a gobernarse por sí mismo, con la finalidad de representar el interés general. Abraham Lincoln define la democracia como: “el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo” .Las democracias se fundamentan en la participación de todos ls ciudadanos otorgándoles derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y colectivos. Surge el voto universal, las constituciones políticas que establecen los límites al poder de los gobernantes, la separación de poderes entre otras conquistas.







lunes, 20 de agosto de 2018




     
La conquista, sus intereses y su barbarie
La pimienta, el jengibre, el clavo de olor, la nuez moscada y la canela eran tan codiciados como la sal para conservar la carne en invierno sin que se pudriera ni perdiera sabor. Los Reyes Católicos de España decidieron financiar la aventura del acceso directo a las fuentes, para liberarse de la onerosa cadena de intermediarios y revendedores que acaparaban el comercio de las especias y las plantas tropicales, las muselinas y las armas blancas que provenían de las misteriosas regiones del oriente. El afán de metales preciosos, medio de pago para el tráfico comercial, impulsó también la travesía de los mares malditos. Europa entera necesitaba plata; ya casi estaban exhaustos los filones de Bohemia, Sajonia y el Tirol.
Tres años después del descubrimiento, Cristóbal Colón dirigió en persona la campaña militar contra los indígenas de la Dominicana. Un puñado de caballeros, doscientos infantes y unos cuantos perros especialmente adiestrados para el ataque diezmaron a los indios. Más de quinientos, enviados a España, fueron vendidos como esclavos en Sevilla y murieron miserablemente2. Pero algunos teólogos protestaron y la esclavización de los indios fue formalmente prohibida al nacer el siglo XVI. En realidad, no fue prohibida sino bendita: antes de cada entrada militar, los capitanes de conquista debían leer a los indios, ante escribano público, un extenso y retórico Requerimiento que los exhortaba a convertirse a la santa fe católica: «Si no lo hiciéreis, o en ello dilación maliciosamente pusiéreis, certifícoos que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas las partes y manera que yo pudiere, y os sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y de Su Majestad y tomaré vuestras mujeres y hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé, y dispondré de ellos como Su Majestad mandare, y os tomaré vuestros bienes y os haré todos los males y daños que pudiere ... »
La epopeya de los españoles y los portugueses en América combinó la propagación de la fe cristiana con la usurpación y el saqueo de las riquezas nativas. El poder europeo se extendía para abrazar el mundo. Las tierras vírgenes, densas de selvas y de peligros, encendían la codicia de los capitanes, los hidalgos caballeros y los soldados en harapos lanzados a la conquista de los espectaculares botines de guerra: creían en la gloria, «el sol de los muertos», y en la audacia. «A los osados ayuda fortuna», decía Cortés. El propio Cortés había hipotecado todos sus bienes personales para equipar la expedición a México. Salvo contadas excepciones como fue el caso de Colón o Magallanes, las aventuras no eran costeadas por el Estado, sino por los conquistadores mismos, o por los mercaderes y banqueros que los financiaban
Había, sí, oro y plata en grandes cantidades, acumulados en la meseta de México y en el altiplano andino. Hernán Cortés reveló para España, en 1519, la fabulosa magnitud del tesoro azteca de Moctezuma, y quince años después llegó a Sevilla el gigantesco rescate, un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Pizarro hizo pagar al inca Atahualpa antes de estrangularlo. Años antes, con el oro arrancado de las Antillas había pagado la Corona los servicios de los marinos que habían acompañado a Colón en su primer viaje
Finalmente, la población de las islas del Caribe dejó de pagar tributos, porque desapareció: los indígenas fueron completamente exterminados en los lavaderos de oro, en la terrible tarea de revolver las arenas auríferas con el cuerpo a medias sumergido en el agua, o roturando los campos hasta más allá de la extenuación, con la espalda doblada sobre los pesados instrumentos de labranza traídos desde España. Muchos indígenas de la Dominicana se anticipaban al destino impuesto por sus nuevos opresores blancos: mataban a sus hijos y se suicidaban en masa. El cronista oficial Fernández de Oviedo interpretaba así, a mediados del siglo XVI, el holocausto de los antillanos: «Muchos dellos, por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron por sus manos propias»
Los europeos traían consigo, como plagas bíblicas, la viruela y el tétanos, varias enfermedades pulmonares, intestinales y venéreas, el tracoma, el tifus, la lepra, la fiebre amarilla, las caries que pudrían las bocas. La viruela fue la primera en aparecer. ¿No sería un castigo sobrenatural aquella epidemia desconocida y repugnante que encendía la fiebre y descomponía las carnes? «Ya se fueron a meter en Tlaxcala. Entonces se difundió la epidemia: tos, granos ardientes, que queman», dice un testimonio indígena, y otro: «A muchos dio la muerte la pegajosa, apelmazada, dura enfermedad de granos . Los indios morían como moscas; sus organismos no oponían defensas ante las enfermedades nuevas. Y los que sobrevivían quedaban debilitados e inútiles. El antropólogo brasileño Darcy Ribeiro estima16 que más de la mitad de la población aborigen de América, Australia y las islas oceánicas murió contaminada luego del primer contacto con los hombres blancos.
 América era, por entonces, una vasta bocamina centrada, sobre todo, en Potosí. Algunos escritores bolivianos, inflamados de excesivo entusiasmo, afirman que en tres siglos España recibió suficiente metal de Potosí como para tender un puente de plata desde la cumbre del cerro hasta la puerta del palacio real al otro lado del océano. La imagen es, sin duda, obra de fantasía, pero de cualquier manera alude a una realidad que, en efecto, parece inventada: el flujo de la plata alcanzó dimensiones gigantescas.
Entre 1503 y 1660, llegaron al puerto de Sevilla 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. La plata transportada a España en poco más de un siglo y medio, excedía tres veces el total de las reservas europeas. Y estas cifras, cortas, no incluyen el contrabando.
 La Corona estaba hipotecada. Cedía por adelantado casi todos los cargamentos de plata a los banqueros alemanes, genoveses, flamencos y españoles23. También los impuestos recaudados dentro de España corrían, en eran medida, esta suerte: en 1543, un 65 por ciento del total de las rentas reales se destinaba al pago de las anualidades de los títulos de deuda. Sólo en mínima medida la plata americana se incorporaba a la economía española; aunque quedara formalmente registrada en Sevilla, iba a parar a manos de los Függer, poderosos banqueros que habían adelantado al Papa los fondos necesarios para terminar la catedral de San Pedro, y de otros grandes prestamistas de la época, al estilo de los WeIser, los Shetz o los Grimaldi. La plata se destinaba también al pago de exportaciones de mercaderías no españolas con destino al Nuevo Mundo.
Los encajes de Lille y Arraz, las telas holandesas, los tapices de Bruselas y los brocados de Florencia, los cristales de Venecia, las armas de Milán y los vinos y lienzos de Francia inundaban el mercado español, a expensas de la producción local, para satisfacer el ansia de ostentación y las exigencias de consumo de los ricos parásitos cada vez más numerosos y poderosos en un país cada vez más pobre.
La ruina lo abarcaba todo. De los 16 mil telares que quedaban en Sevilla en 1558, a la muerte de Carlos V, sólo restaban cuatrocientos cuando murió Felipe 11, cuarenta años después. Los siete millones de ovejas de la ganadería andaluza se redujeron a dos millones.
Karl Marx: «El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria».
Mandel hace notar que esta gigantesca masa de capitales creó un ambiente favorable a las inversiones en Europa, estimuló el «espíritu de empresa» y financió directamente el establecimiento de manufacturas que dieron un gran impulso a la revolución industrial.
A la rapiña de los tesoros acumulados sucedió la explotación sistemática, en los socavones y en los yacimientos, del trabajo forzado de los indígenas y de los negros esclavos arrancados de África por los traficantes.